El que siempre abraza el cambio, se adapta, hace ajustes, se renueva y apunta a ganar: el Chino Villareal.
Comenzó a ejercer el periodismo a principios del 2000 y se metió de lleno en el mundo de la producción. Definitivamente, la práctica hizo al maestro y el Chino se convirtió en un profesional todo terreno.
“Creo que mi niño interno mira orgulloso al adulto en el que me convertí porque me dedico a lo que amo desde siempre: la comunicación, el contacto con la gente y la música”, asegura.
La realidad es que no mucha gente puede vivir de le apasiona realmente, pero el Chino sí y lo agradece. Sus años de trayectoria no solo le dieron la cancha que se necesita para estar en medios, sino también una sabia calma que le permite desempeñarse con fluidez y eficiencia.
“En el noticiero siempre vamos reforzando ideas, aportando dinamismo, haciendo cambios para mejorar. Tenemos un equipo muy heterogéneo en cuanto a edades, pero muy creativo en cuanto a propuestas y eso es algo que disfruto mucho”, afirma el y deja entrever una sonrisa grande y sonora.
Cuando llegó al canal, encontró una forma de decir y hacer las cosas que lo hizo sentir cómodo y libre. La posibilidad de escuchar a la audiencia y responder a sus inquietudes es un combustible para su día a día.
“En el 10 pasa algo único: los colaboradores llegan antes y se van después. Y eso es por el buen clima laboral que logra traspasar la pantalla”, dice en relación al trabajo en equipo.
Se define a sí mismo como un aprendiz de todo, cuidadoso de los detalles e inquieto en la búsqueda de mejoras constantes. Respetuoso del aire, el Chino conquista espacios con su voz, simpatía y buena predisposición.