“El camino ha sido largo”, dice Vitin y se le ilumina la mirada. A veces nos parece que está en la televisión salteña desde siempre porque lo sentimos como parte de nuestra familia, de nuestro grupo de amigos cercanos.
Todo comenzó con un juego. Es que así son las vueltas de la vida. Después de participar de un concurso para ganar el viaje de egresados junto a sus compañeros de la secundaria, simplemente lo sintió: la locución era lo suyo.
Y a partir de ese momento, destinó todos sus esfuerzos para concretar su sueño. Pruebas por acá, castings por allá hasta que finalmente apareció la oportunidad. La televisión local recibió a Vitin Lamberto con un abrazo que se ha prolongado hasta hoy.
“Tuve grandes maestros en los medios. Siempre estuve rodeado de grandes profesionales y personas que me acompañaron a transitar estos años de carrera con mucha felicidad y plenitud. Aprendí mucho de ellos y lo sigo haciendo”, reconoce Vitin.
Paso a paso, primero fue movilero y descubrió la magia de estar en la calle, en contacto con la gente y sus realidades. Luego, se destacó como conductor y disfrutó de un feedback maravilloso con el público en el día a día. Después, en el último tiempo, decidió dedicarse a la política.
“Para el canal en el que yo trabajaba antes, mi nueva función era incompatible con mi trabajo como periodista, así que me tuve que ir. Ahí fue cuando El 10 me recibió sin ningún tipo de trabas y me dio la posibilidad de volver a la tele, por eso amo ser parte de este medio”, agrega.
La mañana del 10 ha sido una caricia en la carrera de Vitin, sin dudas. Se ha convertido en un espacio de encuentro para compartir destellos de alegría en medio de un contexto social, económico y político bastante turbulento.
“A veces me pongo a pensar por qué sigo haciendo esto y encuentro siempre la respuesta en la gente que me dice que se divierte todas las mañanas con nosotros, que le sacamos una sonrisa. Llevamos alegría a una casa que quizá está llena de problemas. Eso es impagable para mí, un mimo para mi profesión”, finaliza Vitin.