“Un tesoro que me confía Dios”: León XIV debutó como papa con un fuerte mensaje sobre fe, humildad y justicia social
El primer pontífice norteamericano habló por primera vez en inglés durante su homilía en la Capilla Sixtina.

León XIV, elegido este jueves como nuevo jefe de la Iglesia católica, celebró su primera misa como papa en la Capilla Sixtina con un mensaje centrado en el rol del liderazgo cristiano y la necesidad de una Iglesia abierta, misionera y solidaria. “Dios me confía este tesoro para que, con su ayuda, sea un fiel administrador”, expresó ante los cardenales que lo eligieron como sucesor de Francisco.
Durante su homilía, el papa remarcó que Cristo no debe ser visto como un simple “líder carismático o superhombre”, una distorsión que, según advirtió, incluso muchos católicos sostienen. Señaló que esa visión reducida de Jesús lleva a una forma de “ateísmo de hecho”, y recuperó palabras de Francisco al recordar que los cristianos están llamados a dar testimonio alegre de su fe en Jesús como salvador.
La ceremonia, cargada de simbolismo, fue la primera vez que León XIV —misionero agustino nacido en Chicago y naturalizado peruano— habló en inglés desde su elección, además de hacerlo en latín, español e italiano. Las lecturas bíblicas estuvieron a cargo de mujeres, lo que fue leído como un gesto claro hacia una mayor inclusión de los laicos y, en particular, de las mujeres dentro de la liturgia católica.
El papa también destacó la importancia de construir una Iglesia que “tienda puentes, establezca diálogo y esté siempre abierta a recibir”, en línea con la visión de una Iglesia sinodal que promueve la participación de todos. León XIV pareció tomar distancia de los extremos al plantear que su misión será la de guiar con humildad y escuchar, buscando sanar divisiones internas.
Elegido en un cónclave breve, León XIV —Robert Prevost en su vida previa al pontificado— ya había sido considerado un posible sucesor de Francisco por su trayectoria pastoral y perfil moderado. Su elección rompe con una tradición no escrita que evitaba un papa estadounidense, y marca el inicio de un liderazgo que apunta a combinar continuidad doctrinal con gestos concretos de reforma pastoral y cercanía.