El centro de Los Ángeles amaneció bajo una fuerte presencia policial y con un cerco de seguridad que impide el acceso tanto vehicular como peatonal. El área que rodea al Ayuntamiento permanece cerrada tras una jornada de manifestaciones que derivó en graves incidentes. Agentes a pie y unidades montadas patrullan las calles, en un operativo de vigilancia que busca prevenir nuevos disturbios.

El ambiente en las inmediaciones del epicentro político de la ciudad es de tensa calma. Las calles, casi vacías, exhiben los rastros del caos de la noche anterior: grafitis sobre edificios gubernamentales, botellas rotas y residuos dispersos en la vía pública evidencian la magnitud de la movilización.

Uno de los episodios más alarmantes fue el ataque contra varios vehículos autónomos de la empresa Waymo. Unidades fueron vandalizadas e incendiadas por manifestantes. La compañía, ante la escalada de violencia, anunció la suspensión inmediata de sus operaciones en la zona afectada. “Hemos suspendido temporalmente las operaciones y estamos retirando nuestras unidades por precaución”, indicó un vocero.

Aunque hasta el momento no se ha emitido un informe oficial con detalles sobre heridos o detenciones, se espera que las autoridades brinden información en las próximas horas.

En otro hecho que generó fuerte repercusión, la corresponsal estadounidense Lauren Tomasi, quien cubría en vivo las protestas para un canal de televisión, fue herida por el impacto de una bala de goma disparada por la policía. El incidente quedó registrado en video: se observa cómo la periodista recibe el disparo en la pierna izquierda y se agacha por el dolor, segundos después de que un oficial le apunta directamente.

El medio para el que trabaja la reportera denunció públicamente el hecho en sus redes sociales: “Lauren Tomasi quedó atrapada en el fuego cruzado cuando el Departamento de Policía de Los Ángeles disparó balas de goma contra los manifestantes en el corazón de la ciudad”.

El incidente reaviva el debate sobre el uso de la fuerza policial durante protestas y el respeto al trabajo de la prensa en contextos de conflicto social. Mientras tanto, la ciudad permanece en alerta ante posibles nuevas manifestaciones.