En la cochería Dauria de San Justo, familiares y amigos comenzaron a despedir a Thiago Correa, el niño de siete años que murió tras recibir un balazo durante un tiroteo protagonizado por un policía federal en Ciudad Evita, partido de La Matanza. El velatorio inició el domingo a las 17 y continuará hasta la mañana del lunes.

El incidente ocurrió el miércoles en la intersección de Crovara y Madrid cuando el padre de Thiago lo llevaba a la casa de su madre. El policía Facundo Aguilar Fajardo se enfrentó con cuatro presuntos delincuentes, disparando varias veces. Una de esas balas impactó fatalmente en la cabeza del niño, que fue trasladado de urgencia al Hospital Balestrini, donde falleció tras dos días de agonía.

La investigación señala que todos los disparos provinieron del agente y que los presuntos asaltantes portaban un revólver de juguete. Aguilar Fajardo, quien tiene cinco meses como efectivo, está imputado por homicidio con dolo eventual y exceso en la legítima defensa, además de lesiones gravísimas y tentativa de homicidio por los otros dos heridos.

Este lunes a las 8:30 está prevista una nueva indagatoria al policía. El caso sigue conmocionando y abre un debate sobre el uso de la fuerza y la responsabilidad en hechos que terminan en tragedia, especialmente cuando las víctimas son niños inocentes.